jueves, 12 de diciembre de 2013

Optimismo

Hoy vendieron a mi marido. En el mercado de esclavos moderno que son las altas finanzas, la multinacional que compró en su día a la empresa en que trabaja, vendió un trocito, su división precisamente, a un fondo de inversión. Mi primera reacción fue de auténtico pavor... ¿se trata de un fondo buitre de esos que compran empresas para descapitalizarlas, despedazarlas y venderlas después a trocitos dejando en el proceso a todos sus empleados en la más absoluta de las miserias? Parece ser que no, pero no pude evitar pensar que hace tan sólo cuatro años mi reacción hubiera sido otra, hubiera pensado en la oportunidad que podría suponer esa venta, me hubiera quedado tranquila. Nos han robado mucho, pero, sobre todo, nos robaron el optimismo.

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