domingo, 16 de noviembre de 2014

Estrategias

Hace muchos muchos años yo estudié marketing, y publicidad, y hablábamos de estrategia empresarial, posicionamiento del producto y esas cosas tan interesantes a las que, las vueltas de mi vida, no he dado apenas uso. Hoy andaba reflexionando sobre otras estrategias, las educativas, esas que debo emplear para conseguir un único objetivo: que mis hijos sean el día de mañana autosuficientes y buenas personas.
Con mi hijo mayor se me están agotando las estrategias, claro que, desde el punto de vista del marketing tengo un producto difícil de vender, colegio y deberes versus diversión. El premio final, un futuro aceptable en un mundo terriblemente competitivo, está lejano en su horizonte temporal y es difícil de hacer entender, a fin de cuentas sólo tiene nueve años. Y aunque trato de emplear incentivos que proporcionen satisfacción inmediata, premios, halagos... No está funcionando.
La estrategia contraria, la coercitiva, o lo haces o habrá consecuencias, tampoco funciona, puedo obligarle, bajo la amenaza de desinstalarle el minecraft o confiscarle el trompo, a sentarse en su cuarto frente a los libros pero no se puede obligar a nadie a aprender. 
Y así estamos, en estos momentos lo tengo sentado frente al cuadernillo de Kumon (ese método japonés de enseñanza al que he recurrido en un nuevo intento de conseguir que mi hijo lea y escriba de forma aceptable de acuerdo con su edad) lloriqueando y protestando, jugando con cualquier cosa que se le ponga a mano y, por supuesto, sin hacerlo. Por delante comida con los abuelos y un buen mogollón de deberes que no hizo ni el viernes, ni el sábado y que no auguran una buena tarde de domingo.
En los últimos días he leido artículos científicos y pseudocientíficos, artículos que hablan de frases motivadoras, de la importancia de no etiquetar, de cómo ser buenos padres y madres... Todo muy interesante, todo muy naïve, todo muy fácil de entender y muy difícil de aplicar. 
La seguridad de que me estoy equivocando, la dificultad que tengo para controlar mi temperamento, el cansancio y el estress laboral... Nada ayuda.
Necesito nuevas estrategias o a lo mejor sólo necesito calmarme y esperar que el tiempo juegue su papel, mi hijo madure y las cosas cambien.¡Qué tentador!

martes, 30 de septiembre de 2014

La Entrevista

Al final ha sido por teleconferencia, una cámara muy moderna que enfoca automáticamente a quien habla (que no se diga que en mi empresa no contamos con los últimos adelantos), con la forma del Enterprise, presidía la mesa de mi jefa. En el ordenador, una señora a la que no había visto nunca y en una silla de cortesía, servidora, con el maquillaje puesto, los nervios bien tragados y tratando de soportar mi escasa fotogenia en el monitor sin salir corriendo. 
La entrevista, paso previo para un posible ascenso, es de esas de "incidentes críticos", que viene a ser un montón de preguntas sobre los conflictos que has tenido en tu vida y cómo los resolviste. En resumen, una paranoia. Me he definido como consecuente y leal... Los dos primeros adjetivos positivos que he logrado pensar, porque claro, lo primero que se me ha pasado por la cabeza cuando me han pedido que me describa en tres adjetivos ha sido: impulsiva, paranoica y gorda... y claro, eso no viste bien en una entrevista de trabajo. Me hubiera gustado decir divertida, abierta, inteligente (al menos tonta del todo no soy), amable, cariñosa... Pero nada de eso me ha venido a la mente, así que he soltado: consecuente, leal y...¡culta! Para matarme.
Luego todo ha transcurrido del modo habitual en el que transcurren las entrevistas de trabajo, preguntas con doble sentido, respuestas tratando de dar la mejor imagen de mi misma... Y, cómo no, la consabida referencia a mis "cargas familiares". A esa pregunta yo siempre tengo ganas de contestar al estilo gallego con un "¿Le preguntarías esto a un hombre?", pero me contengo pues sé muy bien que no es lo que esperan de mi. Esperan un mis hijos no me van a necesitar porque tienen a su padre, que no es lo que pienso, que no es lo que deseo. Mis hijos me necesitan del mismo modo que necesitan a su padre. Porque no es normal que para conseguir un ascenso tenga que vender mi alma, mi tiempo libre y mi familia. Porque si se cumpliera el horario establecido yo estaría en casa a una hora más que decente, pero se me está indicando de antemano que ese horario nunca se va a cumplir y se duda de que, en mi condición de madre, sea capaz de soportarlo. Se dice que la igualdad está ya conseguida, que el feminismo no es necesario, por favor hombres que me leéis, contestadme ¿alguna vez os han preguntado por vuestras "cargas familiares" (las comillas son porque el término me parece tremendo en sí) en una entrevista de trabajo? Voy más allá ¿alguna vez habéis tenido que poner en una balanza, como tantas mujeres de mi generación, vuestra vida profesional y la familiar? ¿Alguna vez habéis sentido culpabilidad al llegar tarde a casa? Me temo que la respuesta será no en al menos dos de las tres preguntas y mientras nosotras, con la culpa grabada a fuego, salimos al mundo laboral a justificarnos una y otra vez. 
No sé si conseguiré el ascenso, no sé si merecerá la pena. Seguiremos informando

miércoles, 10 de septiembre de 2014

El teléfono estropeado

¿Os acordáis de ese juego en el que ibas contando una historia de uno a otro y el resultado final no se parecía en nada a la historia original?
Pues en la prensa ocurre más o menos lo mismo.
El pasado domingo mi madre se vio envuelta en un accidente con un vecino (un prenda),que al parecer está muy molesto, puesto que se autodefine como racista y orgulloso de serlo (SIC), con el color de piel de mi hijo y de mi sobrino. Este supuesto ser humano, intentó agredirla sin mediar palabra ni motivo en la piscina de la urbanización y cuando estaba sola (me refiero a sin ninguno de nosotros alrededor). La cosa no pasó a mayores porque intervinieron el socorrista y algunos vecinos, se llamó a la policía y tras el correspondiente follón se lo llevaron. 
Un disgusto sin mayores consecuencias, quitando el cabreo, el mal sabor de boca y la sensación de que el niño no va a estar seguro en la urbanización mientras este tipo siga allí.
Como soy de tecla rápida, puse un tweet sobre lo ocurrido: 

s.XXI intentan agredir a mi madre, motivo, tiene dos nietos negros y ellos están orgullosos de ser racistas.
Un periodista se puso en contacto con nosotros y terminó publicando esta historia, que, con algunos matices, se ajusta bastante a lo que pasó:
Pero de repente, ayer, me encuentro con esto en Europa Press:

Y esto en el Diario de Cádiz:


Y luego se quejan de que el periodismo está en crisis... ¡Ay!

sábado, 28 de junio de 2014

Sigo siendo una mala madre (y ahora también una asesina)

Es verano, no hay cole pero si hay trabajo, y los niños están en la playa con la abuela, ¡bendita abuela! He mencionado a mi madre en algunos post, pero creo que algún día le dedicaré uno entero (así me mata de una vez)
Van a ser sólo cuatro días, con suerte el martes estaré en la playa con ellos, pero estos cuatro días...¡ay! estos cuatro días...
En estos cuatro días duermo a oscuras porque no hay que dejar ninguna luz encendida para albergar hadas que evitan los malos sueños, y lo hago toda la noche de un tirón, y, además, duermo sola con mi marido, nadie me pega codazos y patadas ni pide agua en mitad de la noche.
Hace dos días que no grito.
Puedo ir al baño sola todo el tiempo que necesite. Nadie viene a preguntarme si estoy haciendo pipí o caca, ni a preguntarme cosas, ni a enseñarme su muñeco...¡Hasta me he puesto crema hidratante!
Ayer fui al teatro y hoy iré al cine.
Puedo ver en la tele lo que quiera, a cualquier hora y usar el ordenador cuando me apetezca. Puedo escribir este post de un tirón sin que nadie me pida "dibujitos" cada tres segundos.
Los echo de menos, claro que los echo de menos, pero que sensación tan dulce es!
Lo que viene a ser una mala madre...
Lo de asesina, va por esto:


sábado, 7 de junio de 2014

La Violencia de Género no Existe

Pónganse en situación, cumpleaños infantil, sala de juegos, los niños y las niñas corren y saltan de un lado a otro mientras las personas adultas nos tomamos algo felices de poder mantener una conversación ininterrumpida. El tema de ese momento era un vídeo que, se supone, debe hacerte pensar acerca de la violencia que también sufren los hombres:
Aquí el video:

Y aquí el análisis que hace Miguel Lorente sobre el mismo:

En esa conversación había hombres y mujeres, pensando igual, el argumento es simple, la violencia es sólo violencia y por tanto una ley, un ministerio, ayudas económicas, cualquier acción dirigida sólo a las mujeres es injusta. Pero el argumento es mentira. Simplemente mentira.
La violencia de género es la violencia que se ejerce contra la mujer por un hombre por el mero hecho de ser mujer, está basada en estructuras de dominación y dependencia que han existido durante siglos. Es el "la maté porque era mía" de toda la vida. Y es un gran problema.
No quiero con eso menospreciar la violencia que puedan sufrir los hombres, en su mayoría a manos de otros hombres,también puede existir violencia familiar o doméstica en la que la agresora sea una mujer, claro que puede ocurrir, pero no se trata de eso.
En España vienen a morir unas cincuenta (antes eran aún más) mujeres al año a manos de sus parejas o exparejas, muchas veces también mueren sus hijos, en un sádico ejercicio de dar dónde más duele. Cuéntenlas una a una, imagínelas a todas muertas juntas en un tren o en un autobús. Cincuenta vidas perdidas, cincuenta familias destrozadas. Ahora, hagamos un ejercicio de imaginación, pensemos que en un año asesinaran a cincuenta futbolistas de primera división por el mero hecho de que son futbolistas ¿Imaginan los titulares? ¿Las manifestaciones? Pueden repetir el mismo ejercicio con 50 taxistas, 50 abogados... 
Pues eso.
Uno de mis amigos dijo que mejor cambiaban de tema porque si no yo iba a explotar, pero hace tiempo que desistí de las discusiones estériles, quizás hice mal, quizás debí volver a explicar porque la violencia de género es diferente a las otras violencias, igual de mala, igual de condenable, pero mucho más perversa, porque aún hay personas que la niegan, que piensan que no existe, que no es necesario luchar contra ella. Y por eso se mantiene, por eso las adolescentes caen en estereotipos dañinos contra ellas mismas una y otra vez, por eso se guarda silencio cómplice y no se denuncia cuando vemos su huellas en una mujer.
Muchos pueden pensar que la violencia de género no existe, espero que nunca tengan que darse cuenta de lo contrario de la peor forma posible.

jueves, 8 de mayo de 2014

SIGLAS

Hay algunas siglas modernas que te ponen los pelos de punta en cuanto aparecen, o amagan con aparecer, en tu vida. MSCT, ERTE o ERE... parecen siglas inocuas, como cuando nos aprendíamos en el colegio el significado de OTAN, UNESCO, ONU ... recuerdo que hasta sabía lo que significaba CEPSA. 
Hablar con siglas es una deformación profesional en casi todos los trabajos, una de las primeras tareas es familiarizarte con ellas para no andar preguntando en las reuniones, que queda fatal. IPI, ECOTE, EPES.. y otras muchas fueron parte de mi vida durante ocho años, ahora casi las he olvidado. Tengo en mi cabeza otras como PTD, CR, ADI, RAR, OJTI... Y jamás olvidaré cuanto ansié mi CI.
Pero las siglas de moda en este país, que según quienes gobiernan está saliendo de la crisis, son estas tres: 
MSCT: Modificación Sustancial de las Condiciones de Trabajo.
ERTE: Expediente de Regulación Temporal de Empleo
ERE: Expediente de Regulación de Empleo
Cuando estas siglas entran en tu vida, estás jodida, porque lo que significan es que te van a hacer trabajar más por menos dinero, o te van a mandar a vivir a cualquier otra parte sin darte nada a cambio, salvo el triste privilegio de no perder tu trabajo, o que, simplemente, te van a mandar a la calle con una indemnización de mierda porque algún directivo/empresario se lo ha llevado calentito y no ha hecho bien su trabajo. Y o lo tomas o lo dejas, no hay escapatoria posible.
Esta es la recuperación que nos están vendiendo, esta es la realidad de la Reforma de Empleo, esto es lo que aplauden al gobierno esos señores tan trajeados con los que se fotografiaba ayer el presidente (nótese que no había ninguna mujer entre ellos). 
Y estamos tan acojonados, tan parados, tan distraídos de nuestra propia realidad que nos hemos dejado  vencer por tres grupos de siglas que nos mandarán al SAE y al SEPE (que no, que ya no se llama INEM) o nos convertirán en emigrantes en el resto de los países de la UE, o en EEUU o en dónde sea. O nos quedaremos aquí, soñando con los días en los que fuimos clase media, intentando en vano llegar a fin de mes.

domingo, 4 de mayo de 2014

Maternidades

Hay muchos asuntos en los que no tengo una opinión definida y este es quizás uno de los más complicados, me refiero al tema de la maternidad subrogada o los vientres de alquiler. No consigo entender la necesidad de transmitir nuestros genes a nuestros hijos, bastante tienen con que les demos nuestra educación, nuestra cultura, nuestra forma de entender el mundo y, en estos tiempos que corren, hasta nuestras deudas, para tener que cargar encima con toda nuestra carga genética. Pero debe de ser algo muy importante, aunque yo no lo entienda, porque no paro de escuchar frases como "yo quiero que mi hijo sea mio, mio" para contraponer la maternidad biológica a la adopción (Cuando escucho eso siempre me quedo pensando de quien serán mis dos hijos). Por otro lado, me parece una cosificación de las mujeres que son tomadas como meros recipientes para tener engendrar bebés (¡Uy! Cómo Gallardón) y una forma de eludir todas las normas y criterios de idoneidad, desde mi punto de vista muy necesarios, para parejas con recursos. Pero, por último, entiendo que hay muchas parejas o personas solas que, por motivos totalmente ajenos a su idoneidad o no para ser padres, son excluidas sistemáticamente en los procesos de adopción en prácticamente todos los países del mundo y que, en su deseo de ser padres, tienen en la maternidad subrogada su única oportunidad para conseguirlo, obviamente me refiero a la parejas homosexuales. Son ellos los que me hacen replanteármelo todo y que no pueda tener una opinión definida al respecto, pues respeto al máximo su deseo de paternidad y que busquen la manera de llevarlo a cabo. Otro tema que me hace tener ciertos reparos ante este tipo de maternidad es el que se estén utilizando madres de países en vías de desarrollo para engendrar a estos niños, madres cuya motivación no será otra que la económica. ¿Es una forma de abuso? ¿O son dueñas y señoras de sus cuerpos y pueden utilizarlos para lo que quieran, engendrar hijos para terceras personas incluido? No lo sé.
En fin, que como se supone que hoy es el día de las madres, de todas, las biológicas, las adoptivas, las que tuvieron que desprenderse de sus hijos y de aquellas que necesitaron de otra mujer para engendrarlos, pues queda ahí mi pequeña reflexión. Me encantaría que me ayudarais a definir un opinión al respecto, así que los comentarios son bienvenidos.

viernes, 25 de abril de 2014

Eufemismos

Un famoso entrenador de fútbol ha muerto tras una dura batalla contra una larga y penosa enfermedad. ¿Suena bien? Pues, se van a extrañar, a mi me suena mucho mejor algo tan sencillo como Tito Vilanova, ex-entrenador del Barcelona, ha muerto de cáncer. En el tema del cáncer, esa enfermedad que son muchas enfermedades con un solo nombre, que a veces te mata y otras no y que prácticamente todos hemos padecido bien en nosotros mismo, bien en los que queremos, los medios de comunicación tienden a usar eufemismos. Eso, y la mierda de seamos muy positivos para así curarnos, son dos cosas que me ponen de los nervios. Yo no he tenido un cáncer (aún) pero he perdido a gente muy querida por su culpa y, afortunadamente, otras personas, igual de queridas, han podido curarse. Las han pasado putas, porque para curarse de esta enfermedad hay que pasarlas putas, pero se han curado, no han ganado ninguna batalla, no les ha curado ningún lazo rosa en un perfil de facebook, la cirugía, la quimio y la radio han hecho su trabajo y se han curado. Así de simple.
Es importante la prevención, es importante la investigación, es importante la protección económica y social para aquellas personas que tienen cáncer o cualquier otra enfermedad. Yo no sé si el barullo que forman este tipo de "muertes famosas" sirven para algo, me temo que no. Pero desde luego no sirve para nada no llamar a las cosas por su nombre, andar con lenguaje bélico, con imposiciones de positivismos idiotas, los sentimentalismos excesivos. Exijamos una lucha seria, inversión en investigación y que la sanidad pública no olvide ni la prevención ni la obligación de ofrecer los mejores tratamientos. Con eso me conformo.

viernes, 18 de abril de 2014

GGM

Es verde, de tapa blanda y está forrado con plástico transparente, probablemente alguno de mis hermanos mayores lo llevó al instituto en alguna ocasión, aunque no creo que en esos momentos ninguno se lo hubiera leído. Yo tenía doce años y leía sin parar, a todas horas, todo lo que cayera en mis manos. Supongo que me llamó la atención la palabra soledad, en aquel entonces, en plena adolescencia, me sentía sola con frecuencia (no creo que nunca lo estuviera, pero ya sabéis cómo son esos años) Leí la primera frase, esa famosísima primera frase y la última, y toda la curiosidad del mundo se apoderó de mí ¿qué le había pasado a esa estirpe condenada a cien años de soledad?... Y lo empecé, y cuando Rebeca, loca de amor, comienza a comer tierra... un fuerte desasosiego me hizo dejarlo, quizás este libro no es aún para mi, pensé.
Pero me siguió llamando desde la estantería del salón, y en el verano de mis trece años volví a cogerlo y esta vez no paré, me bebí toda la historia de Macondo y los Buendía, nunca necesité guía de personajes ni esquemas para no perderme entre tanto Aureliano. Y me lo volví a leer tantas veces que ya he perdido la cuenta. Fueron cayendo otros títulos legendarios, Ojos de Perro Azul, La Hojarasca, El Amor en los Tiempos del Cólera, Noticia de un Secuestro... Si le hago caso a la Wikipedia, creo que he leído prácticamente todo lo que ha escrito. 
Ahora ya no está, su último libro Memoria de mis Putas Tristes, fue inicialmente una decepción, sólo cien páginas, pensé. Pero es todo un ejercicio de como se puede escribir maravillosamente prescindiendo de todo lo superfluo, cada palabra es perfecta.
Siempre digo que yo, de mayor, quiero escribir como Gabriel García Márquez. No se preocupen, soy plenamente consciente de que es imposible.
Descanse en Paz.

lunes, 14 de abril de 2014

La pereza

La pereza es enemiga de muchas cosas, es enemiga de la casa, pues cuando te ataca todo queda sin hacer, es enemiga de los libros, ya que con ella ni se leen ni, desde luego, se escriben. La pereza es un arma de destrucción masiva para todo lo importante de la vida. Te ata al sofá, te cierra los ojos, te inunda de desencanto. Es un virus extraño con una cura difícil, la fuerza de voluntad mata la pereza, pero es débil y no siempre gana la batalla. 
No todas las perezas son iguales, las hay muy específicas, como la pereza de discutir lo mil veces discutido, o la pereza de mirarte al espejo y encontrarte con lo de siempre.
Pereza, maldita pereza, que te atrapa en espirales sin sentido.

jueves, 27 de marzo de 2014

A dieta

Quienes me siguen por el blog y quienes me conocen en persona sabrán que estoy gorda. Así sin paliativos, a quién queremos engañar con un diminutivo. Y, como casi todas las gordas, he intentado bajar de peso varias veces. Con el método habitual, la maldita dieta. Para ello he acudido a endocrinos, a ver si lo mismo es por metabolismo (¡ilusa!), a dietistas de diferente estilo... En fin, los de siempre para escuchar lo de siempre, porque tengo muy claro lo que tengo que hacer para adelgazar, comer lo que debo, en menor cantidad y moverme. ¿Parece fácil, eh?
Las gordas que me lean sabrán que no lo es. La comida es una droga estupenda, bien vista, y no hace demasiado daño al cerebro... ¿qué estás nerviosa? Comes ¿estás triste? Comes ¿Contenta y de fiesta? Comes ¿Celebras algo? Comes ¿Estás de duelo? Comes. Y así todo el rato. Luego, con los niños, llega el síndrome de coche escoba... ¿se dejan una croqueta? Para adentro ¿Una salchicha bien empercochada en ketchup? ¡Qué pena tirarla! Y cuando se trata de medio donuts de chocolate... Eso.
En uno de mis intentos fui a una terapia de grupo con una psicóloga argentina (no es un homenaje a Sabina, es que la señora era de allí) Un desastre. Porque cuando esa señora dijo con entusiasmo estar a dieta es maravilloso, lo mejor del mundo, servidora le espetó que estar a dieta es una mierda y que lo que es realmente maravilloso es comer y beber todo lo que te de la gana sin engordar... En fin, que sólo fui una vez.
Ahora hemos vuelto a las andadas, le pago a un señor muy joven y muy guapo que me pesa todas las semanas y me riñe si no adelgazo. Luego me da una dieta muy bien impresa que yo acomodo a mi vida. Como menos, me compré una bici, y no bebo alcohol. Una tristeza vamos, pero hasta que se invente para los humanos una poción mágica que te adelgace de forma automática... me temo que no me queda otra.




P.D. Esta es la poción que se le da al Pou (el bichito que tengo en el movil para entretener a mi hija) y adelgaza en un pis pas... qué envidida!!!

martes, 25 de marzo de 2014

In memoriam

Ha salido el sol. Tras tantos días de lluvia el aire está limpio, huele a hierba fresca y a tierra mojada. Me parece escuchar a mi padre diciendo “qué buen día para coger caracoles” con los ojos empequeñecidos en una sonrisa. Después de varios días de lluvia en el camping, escuchándole gritar a todas horas porque provocábamos goteras en la tienda de campaña, “¡esto no es de hormigón armado!”. Era un gran momento verlo sonreír de nuevo. Los cuatro hermanos andábamos ya medio histéricos tras los días de encierro forzoso entre las cuatro paredes de tela naranja, que mi madre trataba de acondicionar a nuestros juegos de la mejor manera posible en los días de lluvia. Cuando el mal tiempo se prolongaba, nos íbamos poniendo cada vez más nerviosos, ya con los juegos de cartas agotados por el uso. Y de repente, el sol. Yo seguía a mi padre como un perrillo, a la caza y captura de los caracoles. Tardé años en llamarles cabrillas, grandes, babosos, con todas las tonalidades de marrón en sus conchas. Íbamos los dos por los caminos llenando nuestra bolsa, evitando las ortigas y pisando charcos. En aquellos momentos me sentía más unida que nunca a ese hombre que reservaba sus mimos y atenciones con maneras de avaro. Iba atenta a sus explicaciones, deseando agradarle, haciendo preguntas sobre los temas que yo sabía que le gustaban, la ciencia, el porqué de las cosas… A veces volvía a caer alguna que otra gota, para recordarnos que estábamos en Asturias, en Santander o donde quiera que ese año nos hubiera llevado el Simca rojo con su remolque amarillo para el equipaje. Nuestras  vacaciones se iniciaban con los primeros días de julio y acababan bien entrado agosto, eran semanas de viajes, excursiones, amigos viejos y nuevos. Montábamos y desmontábamos la tienda como un ejército bien entrenado, gozábamos de la libertad que nos daba la ausencia de peligros y comíamos cosas que apenas se hacían en casa como migas, sopas de ajo y, sobre todo, jugosos caracoles en salsa que mi padre cocinaba para nosotros y, a veces, para casi todos los campistas. Nunca cocino cabrillas, ni las pido en los bares, pero basta que salga el sol tras unos días de lluvia para que olfatee el aire con nostalgia  y piense “qué buen día para coger caracoles”.

viernes, 14 de marzo de 2014

Aquel 11 de marzo

Lo llevo en la cabeza muchos días, pero hasta ahora no he tenido tiempo de ponerlo por escrito.
Aquel 11 de marzo yo me desperté como cualquier día para ir a trabajar. En la cocina, en aquella época, mi primera obligación era tomarme una pastilla de hierro con un zumo de naranja natural, el primer gesto, antes de exprimir las naranjas, encender la radio. Iñaki Gabilondo sonaba más grave de lo natural, se habían producido unas explosiones en Atocha. Me fui para mi cuarto y pusimos la tele, aún recuerdo la primera frase de mi marido, "esto no lo ha hecho ETA". Luego los nervios, el mal cuerpo, las llamadas y los SMS comprobando que todos los amigos de Madrid seguían sanos y salvos. Tuvimos mucha suerte.
Mi padre estaba en el hospital, recién operado del cáncer de laringe, no podía hablar. Pasé ese fin de semana con él allí, para dormir tenía una hamaca reclinable que mi madre había comprado para estar lo más cómodas posibles en ese horror que son las habitaciones triples de los hospitales públicos, pero no dormimos esos días. Compartiendo auriculares, mi padre y yo compartíamos sobre todo la indignación, nos estaban mintiendo en la cara de la forma más horrible, interesada, torticera... Nos quedábamos sin adjetivos. El cuaderno que mi padre estaba lleno de insultos al gobierno del PP. Nos habían metido con mentiras en una guerra injusta, nos situaron en el punto de mira, pero lo peor no era eso, lo peor era ver cómo trataban de aferrarse al poder mediante la mentira y la manipulación. Aquel domingo fui a votar con una sola idea en la cabeza hay que echarlos. Y los echamos, pero por unos años, ahora han vuelto, más mentiras, más injusticia, más cinismo.
En el aniversario de aquel 11 de marzo, las encuestas le siguen dando mayoría en la intención de voto, definitivamente no entiendo a ese porcentaje de población, ¿son idiotas o son malas personas?. Sus dirigentes, sus medios de comunicación lacayos, han seguido mintiéndonos a la cara sin ningún tipo de vergüenza sobre teorías conspiranoicas que nadie en su sano juicio puede creer. (Sí, a Rouco lo cuento entre sus dirigentes, ¿o no es acaso uno de los que más manda en ese partido?) Aquel 11 de marzo algunos tuvimos mucha suerte, pero otros muchos, desgraciadamente, no. Que no se nos olvide.

lunes, 3 de marzo de 2014

Hasta las narices

Lo he dicho un montón de veces, y seguramente ya me esté poniendo pesadita con el tema pero es que ya estoy hasta las narices del biologicismo imperante en esta sociedad. Y el racismo. Y la desinformación... Y... ¡tantas cosas!
Estoy hasta las narices del "no, yo quiero que mi hijo sea mio" como si los hijos adoptados fueran de segunda clase o algo así. Más que quemada de los comentarios del tipo "qué buena persona eres" dando a entender que adoptar es una especie de obra de caridad. Hasta más allá del moño que no tengo del "¡ay, la chinita que mona!¿cuánto te ha costado?" mientras por otro lado van diciendo cosas del tipo "es que los chinos nos están invadiendo". Estoy muy cansada del "¿son tuyos?, pero tuyos, tuyos no serán..." y del "¿sabes quién es su verdadera madre? ¡Pues soy yo, no te fastidia! ¡Ya ni me gusta que me digan que los niños son guapos!
El otro día participé en un programa de radio sobre maternidad y discapacidad, la idea era demostrar que hay otras vías para ser madre sin necesidad de jugarte la salud en ello. Mi argumento, sencillo, "cuando tu embarazo es un embarazo de altísimo riesgo y con más que probables secuelas, es mejor tener la cabeza fría antes de tomar una decisión. Una vez han llegado los niños, llega la parte más dura, que es criarlos, y hay que estar lo más sana posible". En contraposición  otro argumento "quizás me muera, pero que mejor forma de morir que dando la vida a otro ser". Todas las opciones son respetables y muy, muy personales, pero no dejo de pensar en que esta sociedad ha convertido la maternidad en un fin último, especialmente la maternidad biológica, y si no quieres, o no puedes, tienes que conformarte con la "segunda opción", adoptar. Yo no lo veo así, las madres adoptivas que conozco, y son unas pocas, no lo ven así, pero se sigue premiando con la consideración social únicamente a esas "mártires de la maternidad". Lección aprendida, no vuelvo a dejarme enredar para participar en un programa de este tipo. 

martes, 25 de febrero de 2014

De rodriguez

Circunstancias laborales han hecho que empiece la semana de madre soltera. Un rollo. Pero hay un par de cosas que me hacen reflexionar. Cómo no tengo expectativas, estoy más tranquila. Sé que absolutamente nadie va a hacer nada, así que no hay frustraciones, ni impaciencia. Me organizo mi tiempo, voy paso a paso y, curiosamente, me enfado menos. Pero no se me confundan, la reflexión no es, qué bien estoy sola (espero) sino tengo que cambiar de mis actitudes para estar bien cuando estoy acompañada. Reconozco que mi grado de insoportabilidad está alcanzando cotas de record. Obviamente, algo tiene que cambiar en mi vida, pero es obvio también que soy yo quien tiene que cambiarlo. Esto es como los propósitos de año nuevo, o las áreas de mejora que proponía a mis usuarios cuando trabajaba en orientación, esas cosas que son fáciles de aconsejar y difíciles de llevar a cabo. Como casi todo lo importante en la vida. Jo.


Así me veo, a veces... ¿Cómo me verán los que me rodean? Miedo me da.

jueves, 13 de febrero de 2014

Ojos de luna

Que sean rasgados no es la única particularidad de los ojos de mi niña, resulta que también tienen un tipo de cataratas congénitas que le están impidiendo desarrollarse de forma normal. Andamos valorando cómo lo solucionaremos, pero mi reflexión va por otro lado. Teniendo en cuenta que ella nació así, resulta muy difícil valorar cómo ve realmente, porque ella no sabe lo que es ver bien, sin ese velo que le cubre gran parte de la pupila. Así que su imagen del mundo tiene que ser totalmente distinta a la imagen que pueda tener yo. Me he acordado de la Filosofía de COU, es imposible saber cómo es el mundo real pues sólo tenemos nuestra percepción del mismo. ¿Acabará Natalia pintando como Van Gogh? ¿Será un handicap o todo lo contrario? ¿Qué pasará cuando sea mayor y puede operarse, le gustará el mundo que vea o preferirá su mundo velado?
La verdad es que estoy preocupada, pero prefiero comerme el coco con la filosofía que con la posibilidad de mi hija en un quirófano, por muy pequeña y sencilla que sea la operación.Cosas mías.


miércoles, 12 de febrero de 2014

Pausa

Hoy ha sido un día pausado. No he ido a trabajar, a cambio, fui a la clase de mi hija pequeña (4 años) a realizar con ellos una receta de cocina. Y he disfrutado como una enana. Lo mejor con creces la asamblea, con una capacidad de moderación que ya quisieran para ellos los mejores periodistas de la historia, la "seño" va invitando a hablar a unos y otras, a enseñar sus cosas, a expresar sus miedos y sus dudas, en un ejercicio de respeto a los demás que  me gustaría ver en otros sitios supuestamente más importantes, ¿el Parlamento, quizás?
Luego la cosa se ha desmadrado un poco más, pero la verdad es que es toda una experiencia pasar ese ratito con mi hija y el resto de su clase, poniendo caras a los que ella nombra sin cesar, viendo sus avances.
Como no he ido a trabajar, me ha sobrado tiempo para preparar la mesa y la comida, comer con los niños en una locura de charloteos y chistes e historietas varias... ¡Hasta hemos dormido un rato de siesta en el sofá!
Hoy ha sido un día pausado, sin gritos, ni carreras, ni malas caras... Me hacía falta pulsar el botón de pausa, porque a veces pienso que ando a más revoluciones de la cuenta, como cuando en el tocadiscos poníamos a 45 los discos de 33. Y no soy yo sola. Miro a mi alrededor y me da la sensación de que todos andamos a las revoluciones equivocadas. A toda velocidad por la vida los que trabajamos, en una tensa calma forzada los que perdieron el empleo. Y sueño con darle a pausa, y cambiar las revoluciones, y aprender a estar tranquila en casa y en el trabajo, a no dejarme llevar por la vorágine. ¡Qué fácil resulta escribirlo! Hacerlo es otra historia ¿verdad?

jueves, 6 de febrero de 2014

E=MC2

Visualicen esta imagen: sala de espera de urgencias en una clínica cualquiera, llevamos un par de horas esperando con la paciencia que nos da muchos años de entrenamiento hospitalario, mi madre y yo hemos estado casi toda la tarde hablando de lo mismo. Los problemas que mi hijo me anda dando con sus deberes, su actitud hacia ellos y otros problemas de comportamiento. También hemos tenido tiempo para hablar de la niña, del supuesto retraso perceptivo cognitivo de mi hija que nos ha comentado la orientadora del colegio... En ese momento hacen su entrada, madre e hijo. Él tiene unos 16 años, parálisis cerebral, silla de ruedas, viene tosiendo. Su madre lo mima, le dá de comer, habla con él bajito, le entiende lo inentendible. Y de pronto, todo cambia, pura relatividad.

P.D. No se me preocupen, que lo del hospital también ha quedado en una tontería

lunes, 27 de enero de 2014

Dudas existenciales

No dejo de darle vueltas a dos cosas, una, ¿cómo podemos como sociedad seguir aguantando tanta infamia? y dos, ¿qué puedo hacer yo?
La respuesta a la primera pregunta es difícil, supongo que en estos momentos habrá cientos de sociólogos y otros expertos haciendo estudios muy complicados en los que tratarán de definir el punto máximo de aguante de la sociedad española, cuánto más se nos puede provocar antes de que saltemos como un resorte y quememos las calles (como mínimo). Seguro que muchos de esos expertos estarán bien pagados por los poderosos, que necesitan tener cierta seguridad para seguir exprimiéndonos como un limón, machacando nuestras libertades, destrozando nuestras esperanzas, con el único y sagrado objeto de obtener el máximo beneficio económico. Me los imagino, a esos poderosos que se esconden tras eufemismos como los mercados, llamando por teléfono a su experto de guardia: oye, Fulano, que hemos pensado que si podríamos bajar los impuestos a las obras de arte, y subirlos a los libros, los pañales y las compresas... Y a la luz y el agua, no se vayan a acostumbrar a estar calientes en invierno y limpios... ¿Crees que entonces saltará la revuelta? Y Fulano, muy serio y pensando en su cheque: No, Don... según mis estudios hasta que no comiencen a aplicar el derecho de pernada todo se reducirá a cuatro locos en la calle, para su beneficio, en un 95% pacifistas, y un trending topic en twiter.
Y ahora viene la pregunta peliaguda, ¿qué puedo hacer yo? ¿Unirme a las muchas mareas? ¿Cambiar mi foto de perfil en wassap? ¿Quemarme a lo bonzo? ¿Irme yo sola a la calle con una cacerola y una pancarta? La primera es la única que me convence... ahora solo espero que esta Andalucía mía se mueva un poco, más que nada porque las manifestaciones con gente son más divertidas.

P.D: La marea blanca ha obtenido una gran victoria. Esperemos que sólo sea el principio.

martes, 14 de enero de 2014

Estudiando cono...

Hay algunas, muchas, cosas que no entiendo del sistema educativo español. Las obvias son fáciles, no hay quien entienda que cada partido político, casi en cada legislatura, se empeñe en hacer una reforma educativa, que empieza, casi siempre, con una declaración de buenas intenciones pero, que al no entrar en lo fundamental, en invertir lo necesario en una mejora en profundidad del sistema, termina siendo un fracaso más.
No se si es amnesia selectiva, pero yo no me recuerdo a mi misma con ocho años estudiando en casa tras el colegio, no me recuerdo haciendo deberes hasta prácticamente la segunda etapa de EGB y desde luego, no imagino a mis padres haciendo trabajos escolares conmigo cuando estaba en pre-escolar. De hecho mis padres no estudiaban conmigo, acudían en mi socorro ante dificultades concretas, aunque en mi caso particular, eran mis hermanas y mi hermano la primera opción.
Tengo un hijo con dislexia, o no, porque estas cosas de los psicólogos siempre están sujetas a interpretación, un hijo al que le cuesta un mundo leer y dos universos escribir con una letra legible. Supongo que va en contra de todos los manuales de educación, pero si le dejo solo, si le doy autonomía, suspende. Y si suspende sufre, y sufrimos con él. Así que, aunque no esté de acuerdo ni con la forma de enseñar (demasiada memoria, poca creatividad) ni con la forma de evaluar, he optado por lo práctico: pasar con él la tarde, unas tres horas de media, haciendo deberes y preparando exámenes.
Estoy agotada. Y no lo entiendo. Estoy segura de que tiene que haber otra forma, pero desde luego no aquí, no ahora.

domingo, 12 de enero de 2014

Sugerencias

Llevo varios días dándole vueltas a esta entrada. Bueno, a esta en particular no, a alguna entrada, un tema, algo de lo que escribir. Y, como se puede observar en el gráfico, no he tenido mucho éxito a la hora de decidirme.
Primero pensé escribir sobre las ventajas y desventajas de tener una familia multirracial, pero me dio cosa ponerme demasiado pesadita con el tema de la adopción y del racismo.
Luego se me ocurrió ponerles al día de mis propósitos para el año nuevo, pero son los obvios, así que no tenía demasiada gracia.
Más adelante pensé hablar de la ley Gallardón, pero sólo me salen insultos y palabrotas y mi madre lee esto de vez en cuando y me riñe. El mismo motivo me impide en estos momentos hablar de cualquier realidad política y social de este país. 
Podría hacer como mi señor esposo y hablar de las series que sigo por televisión, pero ya hay cientos de blogueros que lo hacen y mucho mejor que yo. Idem con los libros que leo.
De mi trabajo no quiero hablar, que todos los gurús de la red dicen que no se debe y no es plan de contradecirlos.
Así que aquí sigo. Sin tema por ahora. Se admiten sugerencias.