viernes, 14 de marzo de 2014

Aquel 11 de marzo

Lo llevo en la cabeza muchos días, pero hasta ahora no he tenido tiempo de ponerlo por escrito.
Aquel 11 de marzo yo me desperté como cualquier día para ir a trabajar. En la cocina, en aquella época, mi primera obligación era tomarme una pastilla de hierro con un zumo de naranja natural, el primer gesto, antes de exprimir las naranjas, encender la radio. Iñaki Gabilondo sonaba más grave de lo natural, se habían producido unas explosiones en Atocha. Me fui para mi cuarto y pusimos la tele, aún recuerdo la primera frase de mi marido, "esto no lo ha hecho ETA". Luego los nervios, el mal cuerpo, las llamadas y los SMS comprobando que todos los amigos de Madrid seguían sanos y salvos. Tuvimos mucha suerte.
Mi padre estaba en el hospital, recién operado del cáncer de laringe, no podía hablar. Pasé ese fin de semana con él allí, para dormir tenía una hamaca reclinable que mi madre había comprado para estar lo más cómodas posibles en ese horror que son las habitaciones triples de los hospitales públicos, pero no dormimos esos días. Compartiendo auriculares, mi padre y yo compartíamos sobre todo la indignación, nos estaban mintiendo en la cara de la forma más horrible, interesada, torticera... Nos quedábamos sin adjetivos. El cuaderno que mi padre estaba lleno de insultos al gobierno del PP. Nos habían metido con mentiras en una guerra injusta, nos situaron en el punto de mira, pero lo peor no era eso, lo peor era ver cómo trataban de aferrarse al poder mediante la mentira y la manipulación. Aquel domingo fui a votar con una sola idea en la cabeza hay que echarlos. Y los echamos, pero por unos años, ahora han vuelto, más mentiras, más injusticia, más cinismo.
En el aniversario de aquel 11 de marzo, las encuestas le siguen dando mayoría en la intención de voto, definitivamente no entiendo a ese porcentaje de población, ¿son idiotas o son malas personas?. Sus dirigentes, sus medios de comunicación lacayos, han seguido mintiéndonos a la cara sin ningún tipo de vergüenza sobre teorías conspiranoicas que nadie en su sano juicio puede creer. (Sí, a Rouco lo cuento entre sus dirigentes, ¿o no es acaso uno de los que más manda en ese partido?) Aquel 11 de marzo algunos tuvimos mucha suerte, pero otros muchos, desgraciadamente, no. Que no se nos olvide.

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